miércoles, 7 de octubre de 2015

Empeorar en vez de mejorar | RPH 3831

por Cornelio Rivera


Hay veces en las cuales, queriendo mejorar empeoramos. Allí, frente a la cámara, a la vista de miles de televidentes, estaba un niño, víctima de un accidente en el que su camisa comenzó a quemarse, las llamas amenazaban envolver la totalidad de su pequeño cuerpo. El niño desesperadamente corrió dando grandes gritos, hasta que alguien lo tiró al suelo intentando apagar las llamas. Mientras el niño corría tratando de quitarse las llamas, sin saberlo, empeoraba su situación: el viento producido con su carrera alimentaba las llamas y le convertía en una antorcha humana. 

Si no sabes nadar y te estás ahogando, tratando de salir a flote, más rápido te hundes  pataleando y dando manotadas. Hace un par de siglos, era común y aceptable como tratamiento médico sacarle la sangre a un paciente, considerando que algo malo en la sangre causaba la enfermedad, pues ellos pensaban que sacándola, el paciente obtendría mejoría, pero aquello, más bien aceleraba la muerte del enfermo. Hay veces en las que, queriendo corregir algo o mejorarlo, nuestras acciones lo empeoran.  

Al percatarnos de la importancia de lo espiritual, buscamos realizar mejoras, he allí la razón para la religiosidad en nuestros países. Votos, penitencias, peregrinajes, caridades, rituales, limosnas, rezos y oraciones, son formas de querer mejorar en lo espiritual. Sin embargo, la realidad es que tratando de mejorar espiritualmente, más bien empeoramos. Cuando confías en lo bueno que haces para ganar el favor de Dios, inconscientemente rechazas lo único divinamente establecido para ser aceptos ante Él. 

Dice la Biblia, que nuestras obras por muy buenas que sean, ante la santidad de Dios, son como trapos inmundos, sucios, inaceptables. Por eso, el privilegio de entrar y permanecer en su presencia no es por obras (Is. 64:6; Ef. 2:8-9). Lo único y necesario es ir a Cristo, pues con su muerte en la cruz, Él pagó por nuestros pecados y nos concede acceso a la presencia y bendición divina. Lo que cuenta delante de Dios es tu fe en Jesús, si te arrepientes genuinamente de tu pecado y recibes por fe a Jesucristo como Salvador, eso sí mejorará tu vida y tu futuro eterno.

[ Puedes escuchar la reflexión dando clic aquí (se abrirá una pestaña nueva) ]

Copyright © 2014 “El Camino de la Vida” | www.elcaminodelavida.org

Comparte en Whatsapp desde el Navegador de tu móvil

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Agradecemos tus comentarios. Si tienes dudas o preguntas, no dudes en contactarnos en preguntas [arroba] elcaminodelavida [punto] org