miércoles, 14 de octubre de 2015

Cambio radical | RPH 3832

por Cornelio Rivera


Hace varias décadas, aparecieron en Estados Unidos unos vehículos que habían sufrido un cambio radical. Originalmente, su forma y función era la de un pequeño autobús con tres o cuatro filas de asientos; acomodaban unas doce o hasta quince personas. Algunos se usan todavía como minibuses de transporte colectivo en varios países hispanos, también quitándole los asientos, se usan para transportar carga. 

Pero, a alguien se le ocurrió transformar estos vehículos haciéndolos atractivos para las familias, con ciertas amenidades y comodidades de una sala. Les instalaron ventanas grandes con cortinas o persianas, forraron las paredes con madera simulada y cubrieron el piso con una alfombra gruesa. El modelo más básico tiene cuatro sillas poltronas o perezosas, que pueden girar de un lado a otro y se reclinan si quieres dormir una siesta, y en la parte trasera tienen un sofá que puede hacerse cama. Algunos tienen dos aires acondicionados, uno adelante y otro atrás. Prácticamente no tiene límites lo que puedes pedir que te instalen en una de estas naves: televisión, bar, refrigerador, estufa, mapa electrónico, etc. Estos vehículos han pasado por una verdadera transformación, la forma en que se conocen y la designación que se les da es: vehículos de conversión. La razón es que han sido convertidos de algo común a algo muy especial y notable de inmediato, especialmente al abrir la puerta y observar los cambios internos.

La Biblia también habla de conversión, una conversión con obvios y notables cambios en la vida de una persona. Tal como un vehículo continúa siendo como salió de la fábrica, a menos que lo conviertan o transformen en algo diferente, así sucede con una persona en su condición espiritual. Para que haya cambios en su vida, en lo que hace, en lo que vive, tendrá que pasar por una conversión radical interna. Cuando Jesús envió a Pablo a predicar el Evangelio le dijo: “Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados” (Hch. 26:18). ¿Has sido convertido por Dios?

[ Puedes escuchar la reflexión dando clic aquí (se abrirá una pestaña nueva) ]

Copyright © 2014 “El Camino de la Vida” | www.elcaminodelavida.org

Comparte en Whatsapp desde el Navegador de tu móvil

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Agradecemos tus comentarios. Si tienes dudas o preguntas, no dudes en contactarnos en preguntas [arroba] elcaminodelavida [punto] org