por Cornelio Rivera
[ Puedes escuchar la reflexión dando clic aquí (se abrirá una pestaña nueva) ]
Copyright © 2014 “El Camino de la Vida” | www.elcaminodelavida.org
Comparte en Whatsapp desde el Navegador de tu móvil
El emperador Augusto engrandeció a Roma, consolidó el imperio y aseguró las vías de transporte, conduciendo a dos siglos de lo que fue denominada la “Paz romana”. Fue experto en administración, comercio, propaganda y usó las obras de Virgilio, Horacio y Propercio para avanzar la posición imperial. Cuando algunos comenzaron a adorarlo como un dios, Augusto no se los impidió. El poeta Virgilio afirmó que según los dioses, Roma dominaría al mundo a través de Augusto, de quien Virgilio dijo, descendía del príncipe troyano Eneas, cuya madre, se creía, era la diosa Venus; esto dijo Virgilio del “divino” Augusto.
El siguiente emperador fue Tiberio y después Calígula, este último era aún más vanidoso de su supuesta divinidad. Aunque no creía en los dioses, supuso que ser considerado divino, sería políticamente ventajoso. Calígula construyó un templo para sí mismo y una estatua, insistía que vistieran la estatua con ropas como las que él usaba, decía hablar con los dioses, susurrando a las estatuas en los oídos, y en una ocasión, hasta amenazó a Júpiter. Después de cuatro años como emperador, teniendo solo 29 años, Calígula fue asesinado.
En su obra “Juventud, Egolatría”, Pío Baroja escribió que: "con el egotismo sucede como con las bebidas frías en verano: cuanto más bebes, más sed tienes". Otros creen que las palabras más importantes son las relacionadas con las que denotan posesión, como por ejemplo: mí, me y mío. Egolatría, vanidad, presunción, soberbia; en cierto grado, todos nosotros las practicamos; unos más, otros menos, pero ninguno de nosotros escapa de esa realidad.
Pocos tienen el poder y recursos, como para actuar como emperadores, pero cada quien es capaz de imaginariamente considerarse, no un dios nacional, pero si el diosito del barrio, de la escuela, del lugar donde trabaja, etc. Tenemos la tendencia a sobrestimarnos, especialmente si sobresalimos en alguna área, tal actitud es fácilmente reconocida y aborrecida por nuestros semejantes. ¿Qué reacción producirá esto en Dios?
[ Puedes escuchar la reflexión dando clic aquí (se abrirá una pestaña nueva) ]
Copyright © 2014 “El Camino de la Vida” | www.elcaminodelavida.org
Comparte en Whatsapp desde el Navegador de tu móvil
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Agradecemos tus comentarios. Si tienes dudas o preguntas, no dudes en contactarnos en preguntas [arroba] elcaminodelavida [punto] org